En la experiencia de un restaurante o bar, cada detalle cuenta. No solo la comida o la bebida definen cómo se siente un cliente: el mobiliario juega un papel silencioso, pero poderoso.
Desde la textura de una silla hasta la altura de la barra, todo influye en cómo percibimos sabores, aromas y la atmósfera general.
La sensación táctil importa
El tacto de los muebles no es un detalle menor. Superficies lisas, rugosas, frías o cálidas, todas generan sensaciones distintas que pueden influir en cómo disfrutamos la comida:
- Sillas y bancos: Materiales como ratán, madera o tapizados con texturas suaves invitan a quedarse más tiempo, mientras que superficies duras y frías suelen promover rotación rápida de clientes.
- Mesas y barras: Alturas adecuadas y acabados agradables al tacto facilitan la comodidad y pueden mejorar la percepción de aromas y sabores.
En MobliBar, por ejemplo, contamos con la silla de metal Venzo y las mesas altas de madera, diseñados pensando tanto en estética como en ergonomía y sensación táctil.
Distribución y altura: el secreto de la atmósfera
No solo se trata de tocar: la posición y altura del mobiliario también afecta la experiencia multisensorial. Mesas bajas generan cercanía, fomentan conversaciones íntimas y permiten disfrutar aromas delicados. Barras altas invitan a socializar y dan una sensación más dinámica y casual.
- Distribución estratégica: Espacios amplios entre mesas permiten que los aromas de la cocina se perciban sin mezclarse demasiado, mientras que rincones acogedores potencian la experiencia íntima.
- Alturas variadas: Combinar barras, mesas altas y sillas estándar da ritmo visual y sensorial al espacio, haciendo que cada área tenga su propia personalidad.
Productos de MobliBar como la mesa de triplay o formaica o los bancos Tolix permiten jugar con alturas y texturas, potenciando la experiencia de manera discreta pero efectiva.
Pequeños detalles que suman
Texturas de manteles, reposapiés, apoyabrazos y acabados de barra son elementos que, aunque pasan desapercibidos a simple vista, modulan nuestra percepción sensorial. Cuando se combinan correctamente con aromas y sabores, el mobiliario se convierte en un aliado para crear atmósferas memorables.
Conclusión
El diseño sensorial no es solo una tendencia decorativa: es una herramienta estratégica para transformar la experiencia gastronómica. La textura de una silla, la altura de una mesa o la distribución del mobiliario pueden potenciar aromas, realzar sabores y generar atmósferas que los clientes recuerdan —y a las que quieren volver.
En MobliBar, creemos que el mobiliario adecuado no solo viste un espacio: le da vida. Elegir piezas que hablen a los sentidos es invertir en una experiencia completa, única y memorable para cada comensal.